PARKER Y KRISTINA. MALDITA HERENCIA. Cap. 67

La primera que había llegado al departamento fue Kristina. Lo hizo con una sonrisa enorme, fresca y feliz. Bajo el brazo llevaba aquel libro que había estado estudiando y que resultó ser una broma. Lo dejó sobre la mesa de Kim y fue hasta el detective. El hombre al ver que iba a hacia él le hizo un gesto con las manos para que ni se le ocurriera besarle otra vez. Ella dio una carcajada.

—Necesito contarle una cosa antes de que vengan las chicas.

—¡Oh, por qué será que sé a quién hace referencia!

—Me llamó anoche.

—¿Pero anoche no estabas con el resto de fiesta? —preguntó con gesto desconcertado.

—Sí. Y durante toda la noche que he dormido poco, he estado pensando si lo hizo justamente anoche porque pensaba en mí… ya sabe… —le dijo jugueteando con las cejas.

—¿Qué debería saber yo?

—Porque estuviera un poquito celosa.

—¿La inspectora celosa? —la miró incrédulo. Kristina elevó los hombros como si creyera firmemente en su pensamiento—. ¡Nunca lo ha sido! ¿Por qué iba a serlo ahora?

Kristina frunció el ceño no muy convencida de la respuesta. Pero tuvo que dejar la conversación porque entraron las cuatro chicas con gafas de sol y caras de estar realmente perjudicadas. Al verlas todos comenzaron a reír de buena gana.

—Por lo que veo, tú fuiste la única sensata —le dijo en voz baja.

—¡Os lo dije! No me hicisteis caso…

—No grites, Kristina, por favor… —le rogó Judi.

—Judi… ¡qué eres madre! —le dijo divertido Peter.

—¡Y eso qué tendrá que ver! Espero que el teléfono hoy esté tranquilito o lo desconecto de la pared.

—Kristina… ¿qué hay que llevar esta noche para tu cena? —le preguntó Catalina sentada sobre la mesa del detective que la miraba enfadado.

—Nada, he pedido un catering y…

—¡Yo pienso llevarme un bocadillo! Ya me veo la cena todo verde —protestó el detective—. Querida Catalina, le importa levantar su trasero de mis papeles, no es por nada… solo cuestión de que me los está arrugando.

—¡Quiere decir, encanto, que tengo el culo gordo! —le dijo levantándose de forma graciosa las gafas.

—Jamás haría referencia a sus posaderas de ese modo.

—¡Qué lastima no grabar esta conversación! —reía divertida Kristina.

—Yo llevaré algo de todos modos… no sé… tengo que pensar que ahora mismo no alcanzo a llegar a mi cabeza.

—Con que vengas tú, ¡es más que maravilloso! —le dijo con una sonrisa feliz.

—¡Si es que con esa labia… con esa labia…!

—¿Me perdonas que anoche te quise matar?

—Sí, porque no recuerdo el motivo.

—Mejor.

—¡Qué significa esto! —entró el jefe Moss mirando a todos que estaban parados riendo con el cuadro de las chicas—. ¡No pensamos trabajar, tiene que estar aquí la inspectora para que se pongan a trabajar!

—Ojalá estuviera —la mirada de todos se dirigió a ella y los miró con gesto un tanto de temor—. ¿Lo he dicho en voz alta?

—¡Venga… ya está bien de cháchara!

—Me retiro a mi mundo de silencio, al final va a ser verdad que los muertos son la mejor compañía.

Durante buena parte de la mañana, Kristina estuvo recibiendo clases de Kim tras tomarse un buen y potente calmante. Pero hubo un momento en que le pidió que le dejara cinco minutos de sosiego. Le agradeció su comprensión y salió corriendo de la sala hacia el pasillo más alejado del departamento. Llevaba el teléfono en la mano y antes de llamar suspiró con fuerza tratando de encontrar la calma. El teléfono dio varias señales hasta que por fin le contestó Melissa.

—¡Melissa, buenos días soy Kristina!

—Ya lo sé, me sale tu nombre en la pantalla —le dijo con seriedad.

—¡Disculpa! —cerró los ojos—. Quería saber qué le ha dicho el médico a Parker.

—Todo está bien, hay que curarle la herida y el lunes empieza la rehabilitación.

—Estupendo —sonrió feliz.

—Sí.

—Verás… quería decirte una cosa…

—Pues dila —sonrió.

—Melissa no me pongas nerviosa. Extraño a Parker.

—¿Eso es lo que me tienes que decir? —la riñó.

—No, no, eso solo es un comentario —sonrió más nerviosa todavía—. Verás, es que esta noche voy a inaugurar mi casa y me haría muy feliz si vinierais.

Al acabar la frase cerró los ojos y se mordió el labio inferior. Sabía que Parker le había dicho que irían pero prefirió hacer las cosas bien y hablar con Melissa, la jefa.

—¡Por supuesto que iremos!

—¡Gracias, Melissa! Me hace muy feliz saberlo.

—Tengo ganas de verte.

—¡Y yo de darte un abrazo!

—Nos vemos esta noche.

—Dale un beso a Parker, y otro a ti.

—Mil para ti, eres un amor.

Y a Kristina aquella conversación le hizo sonreír feliz. Pero el movimiento de todos le llamó la atención. Fue hasta ellos que se estaban poniendo las chaquetas y los abrigos.

—¿Qué pasa? —preguntó.

—Hay un asesinato. Tienes que quedarte con Judi.

—¿No puedo ir con vosotros? —la mirada del detective le hizo sonreír—. De acuerdo, me quedo aquí.

—Kristina me he dejado la sala abierta con todos los ordenadores, si necesito ayuda te lo digo ¿te parece bien?

—¡Claro, Wally! —exclamó feliz.

—Entra en la sala, en el armario hay un glosario que hice para saber los pasos que hay que seguir en caso de asesinato, yo tengo que grabar las imágenes pero tú puedes ayudarme desde ahí estoy seguro que puedes hacerlo en caso de necesitarlo, porque sé que eres muy inteligente y autodidacta ¡así que con una guía vas a ser insuperable! —le dijo sonriendo.

—¡Cuenta conmigo! Voy a estudiar eso y muchas gracias, Wally —le devolvió la sonrisa emocionada.

—¡Bienvenida al grupo! —le dijo Wally realmente contento.

—¡Gracias! —le devolvió una sonrisa enorme.

Fue a la sala tal como le dijo Wally, abrió el armario y vio el glosario. Suspiró contenta, le parecía imposible estar ahí rodeada de ordenadores y pantallas. Sonrió, siempre quiso manejar todo aquello, Wally sería de una gran ayuda para aprender. Entonces se percató que tenía un trabajo mayor que hacer. Parker le había dado la fuerza suficiente como para atreverse.

Cuando Parker se reunió con Melissa, después de ir al lavabo de la cafetería que habían entrado, a tomar algo para recuperarse de la impresión de todo lo que había ocurrido, le sonrió y le dijo.

—Me acaba de llamar Kristina —Parker la miró inquieta—. Dice que esta noche hay una fiesta en su casa y nos ha invitado.

—Sí… sabía que había una fiesta —respondió aún un tanto impactada.

—¿Sigues pensando con el ramo?

—No sé por qué lo ha hecho, me parece un gesto maravilloso pero… no sé por qué.

—¿Y que más da por qué? Lo importante es que lo ha hecho. Cuando hables con ella te dirá su motivo. ¿Te molesta?

—Me sorprende. No me gustaría que tratara de ganar mi admiración con estas cosas.

—Tu admiración la tiene, tu amor también lo que no te gustaría es caer en sus encantos múltiples sin poder resistirte, y más con estas cosas que te demuestra que tiene un gran corazón. Habla con propiedad, Parker.

—Supongo… Mamá, esta noche podíamos quedarnos en mi casa. Aunque la cena es pronto mejor quedarnos allí.

—¿Tú como sabes que la cena es pronto? —la miró entornando los ojos.

—¡Me lo dijo Catalina! —sonrió—. Mamá… sé que te encantaría que Kristina fuera tu nuera y a mí me encantaría que fuera mi pareja, pero necesito calmar mis ansias.

—Las ansias son malas. Harás cosas que no debas.

—Lo sé… y por eso quiero calmarme no quiero hacer nada indebido.

—Vale… pero no vayas, por querer hacer las cosas bien, a perder mucho tiempo.

—No empieces —le advirtió.

—¡Parker trata de pensar con calma pero sin demora!

—¿Sabes que puedo respirar hondo? —le dijo sonriendo.

—Claro que lo sé, porque lo que te impedía respirar hondo era la culpa en tu alma.

—Estoy nerviosa, ¿te lo puedes creer?

—Sí, también. Porque has decidido despertar de ese dolor que has estado sintiendo y como te has acostumbrado a él, habrá momentos que lo eches de menos. Pero piensa que tienes una vida maravillosa por delante que descubrir.

—Gracias, mamá.

—Esta sonrisa me da esperanza, sé que lo vas a lograr.

Parker suspiró sonriendo. Era cierto que sentía unos nervios extraños en el estómago. Tan cierto como el miedo que le daba Kristina porque provocaba en ella unas ansías que debía aprender a controlar.

En el departamento el jefe Moss no quitaba ojo a Kristina. La veía estudiar concienzudamente, y la había visto sonreír más que en toda su vida. Aquello le llenaba de calma. Entonces llamó a Parker para saber qué le había dicho el médico.

—Sin prisa, inspectora. En cuanto esté recuperada se toma las vacaciones que me pidió.

—No, jefe Moss. No las voy a coger.

—¿Está segura?

—Sí, gracias. Necesito trabajar.

—De acuerdo. Me gustaría decirle algo personal.

—Claro, usted dirá.

—Sabe que una de las cosas que va a tener que manejar a su vuelta es su relación con Kristina.

—Bueno, de eso no debe preocuparse. Mi relación con Kristina será estrictamente laboral.

—¿Eso qué quiere decir?

—Ya me pasó con Maura, ¿no lo recuerda?

—Disculpe, inspectora. Maura no despertó en usted jamás lo que despierta Kristina. Así que, tenga esto en cuenta por el bien de todos, sé que es usted una gran profesional y no debería decirlo, pero me gustaría que quedara claro.

—Por supuesto, jefe.

Al colgar, Parker miró el teléfono ¿había dicho el jefe Moss que Kristina no despertaba lo mismo que Maura?

—Tanto se nota que hasta él lo ha visto… —susurró con gesto impactado.

Por su parte, Kristina seguía estudiando aquel glosario con el teléfono a mano por si llamaba Wally pidiendo su ayuda. Toda su atención estaba en aquellos papeles, sentía como la adrenalina recorría su cuerpo.

—¿Puedo interrumpirte un momento?

—¡Jefe Moss! ¡Por supuesto! —respondió con cierta impresión.

—¿Qué haces? —tomó una silla y se sentó a su lado.

—Estudiar este glosario que me ha dado Wally por si necesita mi ayuda.

—Parker ha decidido no tener vacaciones.

—¡Cómo! —lo miró seria pensando lo que realmente significaba para ella.

—Es posible que la semana que viene si la rehabilitación se lo permita se reincorpore. No sé qué va a pasar con vosotras pero aquí en el departamento sois jefa y subordinada. Quiero que tengas las cosas claras, Kristina. No me va a temblar la mano si he de aplicar alguna clase de castigo en caso de que no os comportéis. ¿De acuerdo?

—Claro, claro… lo sé.

—Bien.

—¿Por qué dices pase lo que pase… te ha dicho algo?

—¿Algo… de qué?

—Nada, nada… Pero es muy pronto para que vuelva.

—Ella es así. Siempre ha sido así, tan solo la muerte de Kareen la apartó durante algunas semanas de su trabajo. El resto no ha habido balazo, problema, estado de ánimo que haya provocado que faltara ni un solo día. No hace falta que te diga lo gran profesional que es.

—Lo sé —sonrió orgullosa.

—Bien. Eso es lo que quería que tuvieras claro.

—Gracias, jefe Moss.

Él cogió la silla y la volvió a dejar en el mismo sitio que la había cogido. Pero antes de salir por la puerta, se detuvo girándose. La miró con una minúscula sonrisa para decirle.

—Estoy orgulloso de ti. Me estás sorprendiendo.

A Kristina se le bloquearon los sentimientos. Fue incapaz de responder aquella frase que le hizo sonreír de un modo repleto de timidez. Eric le acababa de decir algo que había esperado escuchar durante muchos años. El miedo que le tenía iba desapareciendo. Entonces sonrió al pensar en las palabras de Parker.

Tienes que encontrar la fuerza en ti. Parker… espero que tú hayas encontrado la fuerza suficiente para superar todo y estar juntas.

Había cerrado los ojos mientras visualizaba a la mujer de su vida. Pero el teléfono la sobresaltó. Allí estaba Wally. En ese instante en que por primera vez podía ayudar se sintió tan nerviosa como feliz.

—¿Preparada? —le dijo él apareciendo en su pantalla.

—¡Claro! ¿Qué quieres que haga?

—Quiero que metas los datos que te voy a decir, busques todo lo referente a este hombre y nos lo comuniques. ¡Tienes un minuto!

—¡Genial!

Y así empezó su trabajo, realmente, era algo sencillo pero sentirse parte de aquel grupo le hacía emocionarse. Podía trabajar, lo estaba haciendo. Estaba ocupando su tiempo en lo que le gustaba. Sus muchas horas días y noches dedicados a estudiar por su cuenta en ese momento le estaban ayudando. Y fue mucho mayor su emoción cuando al volver el equipo uno por uno le fueron dando la enhorabuena por su trabajo. No solo buscó toda la información referente a aquel hombre asesinado. Localizó su coche a través del localizador del móvil algo que dejó a Wally boquiabierto.

—¡Oye lo del localizador me ha dejado muerto!

—¡Es algo muy sencillo de hacer, estoy segura que lo sabías!

—Sí, claro, pero aquí no me dejan hacerlo… yo soy más de seguir las normas.

—Bueno… pero yo todavía no me las sé —le guiñó un ojo.

—Debiste ver al detective preguntando sobre lo que estabas haciendo —sonreía divertido.

—Me lo puedo imaginar —dio una carcajada.

—¡Buen trabajo, compañera!

—Gracias, compañero. Voy a aprender mucho a tu lado y estoy tan excitada. Soy tan feliz.

—¡Me alegro!

—¡Kristina Davis! —la voz del detective le llegó a su espalda y cerró los ojos haciendo que Wally sonriera.

—Detective.

—Debería darle un discurso sobre lo que se puede y no se puede hacer, pero me lo ahorraré. ¡Buen trabajo!

—Gracias, detective.

Wally le guiñó un ojo y ella sonrió. Después pensó que se lo dirían a Parker y se sentiría orgullosa de ella.

Al salir del departamento dudó si ir o no a ver a Parker, le apetecía tanto. Pero quería demostrar a Melissa que iba a respetar todo cuanto le había pedido. Aunque de camino a su casa con la música de Freddie Mercury trataba de seguir las letras y el ritmo, sin embargo, su cabeza se perdía en algo que seguía pensando por mucho que el detective dijera que no. No la había llamado en ningún momento en esos dos días que llevaba lejos de ella, y justo la llamó cuando estaba de fiesta. Además, el tono de voz de Parker había cambiado según preguntaba o decía qué. Eso le daba el ánimo suficiente para contrarrestar a su otro pensamiento si no se iba de vacaciones eso significaba que ya había superado todo ¿o que se iba a rendir?

—¡Espero que sea la primera opción! Dios la voy a ver… pero voy a tener que controlarme van a estar todos, y seguro que las chicas no me quitan ojo… me lo veo venir. ¡Y qué decir de Melissa!

Durante algo más de una hora estuvo cerrando todos los encargos con el catering que no era ni mucho menos el que su abuela pedía. Pero todo iba a ser comida sana y ante todo pensando en Parker, con buen aporte de hierro.

A Parker las fuerzas aún le fallaban. Después de comer tuvo que acostarse un rato. Suspiró en la cama cerrando los ojos y dejándose llevar por lo que su mente quisiera. Hubo una mezcla de imágenes de las tres mujeres que formaron parte de su vida. Y una reflexión muy acertada.

—Mientras Maura trató desde el primer momento de alejarme de Kareen, parece que Kristina respeta su existencia. Aunque aún recuerdo su cabreo cuando le dije que estaba muerta. Desde luego si he conseguido avanzar es gracias a ella. Y a ver que se pone esta noche… no estoy en condiciones de que me altere. Ese es el problema que me altera tanto que no puedo sentir amor. Paciencia… debo tener paciencia… poco a poco Parker, poco a poco.

Faltaba una hora para que llegaran a casa de Kristina, en la cama Minnie trataba de dormir a pata suelta, pero Kristina que estaba atacada con el modelo que se iba a poner, no paraba de echarle prendas alrededor hasta que fue un sujetador morado el que acabó cayéndole en la cara, con el consiguiente maullido fiero y dando un coletazo se marchó de allí. Sobre la cama tantas camisetas, camisas y suéteres que ya no se veía el edredón. Estaba atacada porque por un lado no quería mostrar demasiado para que no pensara Parker que la quería provocar, por otro lado, no quería ir demasiado tapada para que no pensara que no la quería provocar.

—¡Oh, dios! Una cosa y otra es mala. A ver como viene ella, claro… No voy a poder resistirme… porque claro… ¿qué hago? ¿La beso? ¿No la beso? ¿Le digo que está guapa? Porque seguro lo va a estar, ¿no se lo digo? Intento ser natural que es lo mejor… hacer lo que me nazca en ese momento en que la vea. ¡Pero es que se que me va a nacer besarla como loca! ¡Qué hago, Minnie! ¿Minnie? ¿Dónde estás?

Entonces al girarse se dio cuenta de como estaba la cama de ropa y soltó un pequeño grito. La hora se le echaba encima, y ella ahí con la habitación hecha un desastre.

Por su parte, Parker no podía elegir demasiado porque la ropa que le había cogido Catalina era bastante de ir por casa, así que un rato antes de que supiera que su amiga saldría de casa le envió un mensaje pidiéndole algo de ropa. Con lo cual le cayeron un montón de provocaciones por teléfono.

—Hija, ¿ya estás?

—Sí, mamá. Me tiene que subir Catalina una camisa porque me cogió todo ropa cómoda.

—Perfecto. ¡Ah, mira, ya está aquí!

—A ver… Parker… relaja… relaja… ¡caray me va a dar algo! —resoplaba graciosamente.

Oyó a Catalina saludar a su madre, sonrió lo que más le gustaba en el mundo era que todo su equipo quisieran a su madre como le demostraban hacerlo.

—¡Querida mía! Aquí te he traído una camisa rosita muy mona y un top para debajo!

—Gracias.

—He cogido lo que sé te iba a favorecer.

—Catalina… no empieces. Ayúdame.

—Claro. ¿Qué tal estás?

—Bien. He tenido un par de días muy intensos con mi madre. Me ha removido hasta las entrañas.

—Uf… lo venías necesitando, date la vuelta —le dijo para bajarle el top por la parte trasera.

—Creo que ya es hora de asumir las cosas, Catalina, sé que todos tenéis razón pero era mi corazón el que tenía que darse cuenta.

—Me alegro, me parece que es lo más sensato.

—Pero —la miró intensamente—. Eso no quiere decir que voy a pedirle a Kristina que sea mi novia ni nada por el estilo. Necesito estar tranquila.

—Pues hazme un favor. Habla con ella, déjaselo claro y dale la oportunidad de elegir bien lo que quiere ya sea esperarte o vivir la vida.

—Es lo que voy a hacer.

—¿Y qué quieres que haga ella? —la miró fijamente con los ojos cargados de dudas.

—Me encantaría poder decirte que me espere.

—Lo hará, pero no tardes, debiste ver el éxito que tuvo anoche.

Parker la miró con una sonrisa un tanto molesta. Durante todo el camino fue repitiéndose una y otra vez que aquella noche si tenía un momento hablaría con ella, le diría lo mismo que le había dicho a Catalina, no quería dejar pasar ni un día más. No podía jugar con ella ni hacerle daño, debía ser sincera y buscaría ese instante para estar a solas y decírselo.

A casa de Kristina ya habían llegado Alex con su mujer, que a Kristina le pareció encantadora, Judi lo hizo con Kim y Laura. Las tres se mostraron impactadas por la sencillez de la casa de su compañera. Wally llegó con su chica, que estaba embarazada de cinco meses, y fue la primera vez que todos los compañeros la conocieron, incluso se enteraron que aquel cerebro tan privilegiado iba a ser padre. Kristina se mostraba feliz de tenerlos a todos allí, cada vez que sonaba el timbre el corazón se disparaba alterado por si al abrir estaba allí Parker. Las chicas le susurraron que se había puesto muy guapa y que determinada inspectora iba a sufrir un colapso al verla. Ella sonrió. Finalmente se había puesto una blusa negra de cuello halter y unos vaqueros, con las botas de tacón negras y de cuero. Se había maquillado algo más de costumbre y se había dado un poco de volumen a la melena que normalmente llevaba lacia. Volvió a sonar el timbre y dejó de hablar con Wally para abrir algo le decía que era ella.

—¡Detective!

—¡Oh, siempre me pasa lo mismo… llego justo antes que la protagonista y me llevo el gesto de desencanto!

—¡No diga eso! ¡No sabe lo feliz que estoy de tenerlo aquí! —lo abrazó con fuerza.

—Espero que no se te haya ocurrido tener todo verde en la cena que no he comprado nada.

—¡No se preocupe que lo he tenido en cuenta! Pase, pase…

El timbre sonó justo cuando iba a seguir al detective. Se arregló un poco la melena y al abrir vio a Catalina pero sus ojos se desplazaron rápidamente hacia la izquierda, allí estaba Parker. Tan guapa, tan maravillosa. Se quedó mirándola con la boca entre abierta.

—¡Hola, Catalina, qué guapa estás! Igualmente Kristina, muchas gracias.

Catalina pasó sin recibir ni una sonrisa de Kristina que solo tenía ojos para Parker. Sintió como le bombeaba el corazón tan rápido que creyó iba a desmayarse. Algo parecido estaba sucediendo con Parker, se había quedado mirando a Kristina como si no hubiera nada más alrededor, con una sonrisa en los labios y un brillo en su mirada.

—¡Parker! —por fin reaccionó Kristina abrazándola con cuidado.

—Kristina —le susurró respondiendo tratando de controlar su voz, su gesto y su sonrisa.

—Pasa, pasa… ¡Melissa! —trató de mostrar la misma alegría que al ver a Parker y el abrazo con ella fue mucho más fuerte.

—¡Cariño, qué tal! —le dijo la mujer que tenía enormes ganas de verla.

—Muy contenta de que estéis aquí —sonrió—. Pasad, pasad.

Rápidamente pasaron y todos uno por uno fueron saludando a Parker con la alegría de verla allí. También a Melissa que parecía más recuperada de cómo la vieron en el hospital. Pero Kristina tuvo que dejar el corro donde estaban todos hablando porque el timbre volvió a sonar. Ante ella estaba Peter con una sonrisa enorme.

—¡Peter, venga pasa que ya estamos todos!

—Gracias, gracias por invitarme.

—Pasa que ha venido Parker.

—No hacía falta que me lo dijeras.

Cuando iba a cerrar vio como Eric llegaba. Suspiró con fuerza su presencia le hacía sentir que cuando estaban juntos su abuela estuviera donde estuviera sería feliz, y esa sensación era maravillosa.

La velada estaba siendo de lo más divertida, todos sin excepción se mostraban encantados de aquella reunión. A las mujeres de Alex y Wally les contaron mil batallas de aquel equipo, las risas se habían convertido en protagonistas de aquella cena. Todos apreciaron además la calidad de todos los platos, donde también hubo para el detective patatas y hamburguesas. Entre todas las conversaciones no hubo ninguna compartida entre Kristina y Parker. Pero las miradas volaban y se colaban entre quien fuera para encontrarse. A veces Parker agachaba la mirada un poco ante la intensidad de los ojos de Kristina. Y otras, Kristina sonreía un tanto azorada por la sonrisa que Parker le dedicaba. Hasta que hubo un momento en que Kim que estaba junto a Parker sentada se levantó y Kristina aprovechó ese instante para sentarse a su lado.

—¿Cómo estás? —le preguntó con una sonrisa.

—Bastante bien.

—¿Por qué no vas a cogerte las vacaciones? —no pudo reprimir la pregunta.

—Porque prefiero trabajar. ¿Cómo estás tú?

—Bien.

Y las miradas se quedaron enganchadas la una en la de la otra.

—¡Kristina, donde está el postre! —la llamó Judi.

—Voy —miró a Parker y le sonrió.

—Se te ha comido con los ojos —apuntó divertida Kim al sentarse.

La sonrisa de Parker mostró su nerviosismo.

En un momento dado, Kristina se dirigió hasta la habitación para ver que tal estaba Minnie. Pero también porque necesitaba respirar, tener a Parker tan cerca y no poder ni tocarla la estaba matando. Desde allí le llegaban las carcajadas de todos y se sintió feliz. Por fin tenía una familia. Por fin, toda la gente que estaba fuera formaba parte de su vida. Y entonces cerró los ojos porque la presintió. Kristina había dejando junta la puerta se había quedado junto a la pared. Minnie la había mirado desde la cama para darse una vuelta y seguir durmiendo. Justo a su espalda sintió la presencia de alguien. Se giró despacio. Y la vio. Se miraron a los ojos con una intensidad que parecía no se habían visto en años. Ninguna supo cómo empezó pero lo que si supieron fue que tras el primer roce de sus labios, Parker pasó la mano por la cintura de Kristina atrayéndola sobre sí, que el beso profundizó tal y como solían hacer perdiéndose la una en la otra para fundirse en una. Kristina apoyó su mano derecha en el brazo derecho de Parker mientras que con la otra le recorría la espalda lentamente. Por su parte los dedos de Parker presionaban con fuerza la cadera de Kristina. La pasión del beso terminó, se separaron poco a poco, ambas con los ojos cerrados las respiraciones disparadas y el corazón galopando. Juntaron sus frentes mientras abrían despacio los ojos y se miraban con devoción. Tan solo fueron unos segundos para volver a fundir sus labios con tal determinación y fuerza que Parker empujó a Kristina contra la pared mientras ambas soltaban un gemido por el placer del reencuentro de sus labios, sus lenguas y su piel.

 

 

6 comentarios en “PARKER Y KRISTINA. MALDITA HERENCIA. Cap. 67

  1. ¡Hola Nathalie!

    Estoy de acuerdo contigo, Parker no está actuando bien. Pero precisamente lo que trato de reflejar es eso. La distancia que tiene entre su cabeza y su corazón y justo a mitad de esa distancia se encuentra un deseo por Kristina desconocido para ella. Parker nos ha demostrado que es una mujer que controla todo bastante, en su trabajo es increíble. Pero como ser humano es un caos y dentro de ese caos que ha llevado está Kristina. Precisamente haces la misma pregunta que se hace ella ¿todo lo que siente se simplifica al sexo? Esa es su duda lo que le hace realmente sentir que tiene que parar. Porque en el fondo ella es consciente de que Kristina no se merece eso. Y de ahí que el personaje de Parker me siga pareciendo tan especial y conmevedor. Con todos sus demonios. Por su parte Kristina es todo pasión también pero ella sí sabe que lo que provoca esa pasión es que se ha enamorado. Kristina vivía otros demonios que no hay que olvidar, fue Parker quien los ahuyentó.

    El capítulo de hoy, espero os ayude a despejar dudas.
    Un abrazo y gracias a ti.

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  2. Hula 🌻🌻🌻😘
    Gracias por tu mensaje de ayer, con respecto a eso, ¡Vaya zarandeada que me estás dando! Jaah… Pero ¡Gracias! 😊 Estoy viviendo con la lectura…

    Ahora, No me gusta esa actitud de Parker, me parece sumamente egoísta e inconsciente. No quiero juzgarla, porque no me gusta, pero con ese comportamiento con Kristina deja mucho que desear. Solo está pensando en sí misma, porque siempre se toma la molestia de aclararle a todos que ella Kristina no son nada, que no tienen nada y que no necesariamente al salir de su tormenta va a estar con ella. Siempre lo aclara. Kris ha tratado de hacer las cosas bien y ha tenido autocontrol, obligado, pero lo ha tenido. Pero entonces Parker no la considera y la echa a perder. Dice una cosa y hace lo contrario…. No es sincera como sí lo está siendo Kris. Eso me parece feo 😢 pareciera que la utiliza. Porque te digo algo, su actitud me hace dudar de que la quiera 😢 sé que no es así, pero ya lo dudo.

    Pero, cómo no se trata de cualquiera, sino de Parker, quisiera saber porque lo hace… o sea, Ese sentimiento pasional descontrolado es tan irracional?? Esas cosas yo no las conprendo, no sé…… Todo tan carnal, no sé. 😢 Ella dice algo y es que se altera tanto con Kris, que no puede sentir amor. Y yo creo que no está mal, pero entonces que sea sería y valiente para dejar a la pobre Kris tranquila mientras ella se aclara.
    Kris es la que está quedando mal parada en todo, y entre más largas le de al asunto Parker, más daño le va a hacer . 😢😢

    Nuevamente, ¡MUCHAS GRACIAS!
    🌻😘🌻😘

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  3. Querida Laura… ¡Qué mal rollo me da eso que me has pedido! Jajajaja.

    Me alegro haber podido sorprenderos. Estoy muy de acuerdo contigo que ella lo que no quiere es hacerle daño a Kristina porque todo lo que ha hablado con su madre le empuja a la relación de Kareen pero desde otro punto de vista al suyo, y sigue viéndose reflejada en Kristina.

    Un abrazo fortísimo ¡¡vamos que ya lo tienes ahí!!

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  4. Buenas tardes, Solete

    Jajaja yo creo que Parker puede ir así y mucho más intensa. ¡Y eso que tiene un hombro mal! Parker tiene un problema mucho más grave de lo que ella misma pensaba. Una cosa es lo que piensa y otra lo que siente. Pero nos va a tener que demostrar si de verdad es legal con Kristina, si de verdad es capaz de tratar de solucionar su problema por el bien de Kristina. Y Kristina, pues sí, ni palmas ni nada ella es que la ve y ya está que se muere.

    ¡¡Hasta la hora Parkris!!

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  5. Guauuujjj……!!!!! No me esperaba el final de este capítulo!!!!
    Parker no necesita tiempo lejos de Kris….mi humilde opinión sabe que la quiere la ama y que está enamorada!!!! Solo quiere hacerlo más o menos bien y no cagarla con ella….
    Con lo bien que Iván y aver cómo acaba ese encuentro….que seguro será interrumpido….aunque me gustaría que fuera el detective ajajjajajaja vaya cara se le quedaría!!!!! Me parto solo de pensarlo!!! En fin….
    No nos hagas sufrir almenos en estos días querida amiga……..luego yaaaa….puedes hacer lo que quieras pero no nos hagas llorar!!!
    Jajajajajajajajaja
    Un abrazo enorme amiga cuidate

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  6. Buenos días Idana,
    ¡Por dios y por la virgen santa! Estas dos no tienen arreglo. Sabía que acabarían comiéndose a besos. Ay Parker Parker alma de cántaro, no puedes ir así por la vida, o mejor dicho, no deberías, que ya hemos comprobado que poder puedes jajaja.
    Vamos a ver, no me gusta nada como está actuando Parker, no puedes ir diciendo a diestro y siniestro que tienes que aclararte, que no te puedes comprometer, que Kristina no es tu novia, que no quieres hacerle daño, bla bla bla… y en cuanto la ves comerle todo lo que puedas. Kristina está enamorada de ella y obsesionada, no necesita que Parker le toque las palmas, ya se las toca ella solita muy bien. Y el comportamiento de Parker solo sirve para que ella tenga esperanzas y se ilusione más y más. Alguien debería decirle muy seriamente a Parker que mientras no se aclare con lo que siente, que se mantenga a raya con Kristina. Y por supuesto, que lo que habló con Catalina lo haga realidad a la mayor brevedad posible, que decir dice mucho pero hacer no hace nada. Mal Parker, muy mal.
    A ver cómo acaban estas dos porque en cuanto se den cuenta de que han desaparecido ambas, la que se puede liar va a ser gorda. Y como las pillen, es que no lo quiero ni pensar jajaja.
    Gracias por el capítulo y hasta la hora Parkris. 😉

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